La radioterapia es un tratamiento local en una zona del cuerpo, lo que hace que los efectos en la piel se limiten exclusivamente a la zona radiada y quizá a zonas limítrofes.
Se denominan así a los efectos causados por la radioterapia.
El Grado 0 es cuando la piel todavía no presenta cambios.
En este grado todos tus cuidados irán enfocados a la prevención, intentando mantener tu piel nutrida, hidratada y sin contacto con agentes agresivos, evitando su descamación.
El Grado I es el eritema o enrojecimiento de la piel, muy similar al de la piel expuesta al sol sin protección, y puede conllevar o no picor de piel.
En ambos casos es recomendable la hidratación diaria antes de acostarse con un bálsamo reparador. Así como aumentar la ingesta de líquidos y evitar las temperaturas extremas.
Para aplicar correctamente el bálsamo reparador: extender sobre la mano y frotar ambas manos para repartir la cantidad de bálsamo de forma uniforme en ellas, para posteriormente aplicarlo en la zona radiada con un suave masaje hasta que haya sido absorbido.
El Grado II se produce cuando la piel comienza a descamarse, a agrietarse, pudiendo llegar a pelarse. Es el momento de consultar.